Los «verdes» se han ganado su lugar en la mesa no sólo por su sabor, sino también por su alto contenido de fibra y vitaminas. La berza está llena de folatos, vitaminas K, A y el anti cancerígeno luteína, un nutriente que el American Institute for Cancer Research (AICR) considera como posible protección contra el cáncer de seno, pulmón y colon. La berza es parte de la familia Brassica, que incluye el repollo, brócoli y col, todos alimentos recomendados por el AICR.
Los verdes tradicionalmente se cocinan lentamente con trozos de jamón para darle sabor; sin embargo, esa no es una manera saludable de comerlos. Pensamos que saben mucho mejor con menos cocción, hierbas y ajo en lugar de jamón. La berza está disponible todo el año, pero sabe mejor en invierno, luego de ser cosechada tras la primera ola de congelamiento. Para más frescura y sabor nutricional, siempre compre berza que sea cosechada localmente.
Consejos del chef
La berza tiene una reputación por ser dura y amarga, por ello los largos tiempos de cocción que la mayoría de las recetas requieren. Pero si usted compra verdes más jóvenes, serán más dulces y suaves. En el mercado, busque manojos de berza con hojas pequeñas y verdes azuladas, en lugar de las gigantes. Las hojas deben estar crujientes, no marchitas ni con manchas amarillas, pero no se preocupe si tienen pequeños huecos, debido a que esto generalmente muestra que no han sido tratadas con pesticidas. Los tallos de la berza no son comestibles, así que antes de cocinarlos, corte las hojas y descarte los tallos.
Consejos para las recetas
El truco para mantener el valor nutricional de la berza es no cocinarla de más. Rocíe con sal y cocine al vapor hasta que estén suaves. Drene y exprima el agua en exceso. Enrolle las hojas y corte en rebanadas de 1 pulgada (3 cm). Estarán listas para saltear o congelar.
La berza preparada de esta forma puede añadirse a una gran variedad de platos. Para probarlas llenas de sabor prepare las berzas verdes salteadas con un poco de jalapeño como acompañante o berza al vapor con salsa de miso. O para una sabrosa cena llena de vitaminas, pruebe la ensalada caliente de col rizada y frijoles blancos con una rebanada de pan integral.
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