El invierno escandinavo tiene una cara nutritiva.
No es sorprendente que la cocina de Suecia, una nación del norte de largos y fríos inviernos, sea a base de muchas sopas. Y no hay una mejor que el plato de sopa de espinacas sueca lleno de nutrientes conocido localmente como spenatsoppa. Esta sopa es abundante en verduras de hoja verde, por lo que está llena de antioxidantes, esos agentes ingeniosos que ayudan a reparar el daño causado por la quimioterapia. Gracias a los ingredientes verdes, este humilde plato suministra los antioxidantes beta-caroteno y vitaminas C y A.
Si usted está tratando de mantener su peso o quiere un poco de proteína extra, puede servir esta sopa con huevo duro rebanado, que es una guarnición sueca tradicional. Junto con una rebanada de un crujiente pan de granos enteros, este es el equivalente de invierno de una ensalada, en un plato hondo.
Dependiendo de en que estación esté en el mercado, usted puede variar las verduras. Acelgas, espinaca, col, o una mezcla de las tres, funciona bien. La combinación de consomé de pollo (sustituya por vegetales si quiere una versión vegetariana), papas y hierbas hacen una base flexible con la cual es difícil equivocarse.
Hay tantas versiones de receta de esta simple sopa como abuelas suecas hay, pero la versión que a nosotros nos gusta más es abundante sin ser pesada, ya que esta versión fácil de digerir y saludable para el corazón no lleva crema. El romero realza el sabor de las verduras, y terminar la sopa con nuez moscada le da un toque definitivamente escandinavo. Una sopa acogedora, saboree spenatsoppacan en los días fríos cuando el sol se ponga temprano, o en los días cuando esté en casa por el tratamiento y usted quiera algo que le mejore el humor y le nutra.
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