Recibir un diagnóstico de cáncer le da un giro de 180° a nuestro mundo. Ese shock inicial generalmente se acompaña de una búsqueda de información sobre su diagnóstico. Lo que debe o no debe consumir casi siempre aparecerá en sus resultados de búsqueda. Y a medida que profundiza, las decisiones que toma cuando se trata de su dieta pueden parecer desalentadoras y abrumadoras.
Una de las características del cáncer es que es una enfermedad altamente catabólica. Catabólico significa «descomponerse», lo que en este caso hace que su cuerpo descomponga continuamente los nutrientes, principalmente proteínas y carbohidratos, para satisfacer las demandas de la lucha contra el cáncer. Mientras esto sucede, su cáncer está redirigiendo simultáneamente esos nutrientes recién descompuestos para satisfacer sus propias necesidades.
Esencialmente, su cuerpo está en un estado de requerir la cantidad de nutrientes que necesitaría cuando entrena para un maratón, lo que hace que la pérdida de peso inexplicable antes del diagnóstico sea una ocurrencia común. Al experimentar esta pérdida repentina de peso, las personas a menudo piensan: «esto es genial, podría soportar perder algo de peso». Lamentablemente, esto está lejos de la realidad.
Cuando las personas pierden peso a un ritmo rápido, no solo están perdiendo grasa, sino también masa muscular. Hay varias razones por las que se produce esta pérdida de peso; una de ellas es que el músculo es relativamente fácil de descomponer y usar para satisfacer nuestras necesidades energéticas. Otra razón es que hay una mayor demanda en el cuerpo para construir nuevas células, especialmente células inmunes para ayudar a combatir el cáncer. Esto requiere aminoácidos, que son los componentes básicos de la proteína.
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En general, las personas diagnosticadas con cáncer tienen mayor necesidad de consumir proteínas para ayudar a mantener su masa muscular, ya sea que acaben de ser diagnosticadas, estén a punto de comenzar el tratamiento o estén en medio del tratamiento. Una de las mejores maneras de satisfacer sus necesidades de proteínas es incluir una fuente de proteína con cada comida y merienda que consuma a lo largo del día.
Recomendamos obtener sus nutrientes directamente de los alimentos siempre que sea posible y algunas buenas fuentes de proteínas en la dieta incluyen carne, pescado, huevos y productos lácteos.
Si usted lleva un estilo de vida vegetariano o vegano, aún puede satisfacer fácilmente sus necesidades de proteínas. Algunas plantas no contienen todos los 8 aminoácidos que se consideran esenciales, por lo que es importante complementar sus fuentes de proteínas de origen vegetal. Hay algunos alimentos proteicos de origen vegetal que son fuentes completas de proteínas, incluyendo la soya, la quinoa, el trigo sarraceno, el amaranto, la levadura nutricional, el cáñamo o hemp y las semillas de chía. Para obtener sus proteínas completas, asegúrese de combinar frijoles y legumbres con nueces, semillas y granos. Estos alimentos no necesitan ser consumidos en pares en cada comida; es más importante que los consuma a lo largo de todo el día.
¿Puedo usar un suplemento de proteínas?
Muchas personas que están pasando por el tratamiento luchan por satisfacer sus necesidades diarias de proteínas solo a través de los alimentos. Si no puede satisfacer sus necesidades de proteínas a través de los alimentos, un suplemento de proteínas puede ayudarlo a alcanzar sus objetivos diarios. Asegúrese de elegir un suplemento de proteína que tenga la menor cantidad de ingredientes posibles; una buena opción es el suero de leche, que tiende a ser el mejor tolerado para la mayoría de las personas. Otras opciones incluyen soya, arroz, huevo, chícharos, calabaza y cáñamo o hemp; pero estos tendrán más sabor que el suero de leche y pueden no ser tan bien tolerados. Asegúrese de revisar la etiqueta para detectar ingredientes no deseados, como vitaminas o minerales agregados, espirulina, creatina, polen de abeja o hierbas. Si es posible, trate de comprar proteína en polvo simple, ya que puede ser mejor tolerada, especialmente si está experimentando cambios de sabor, ya que los polvos con sabor pueden ser desagradables o parecer de sabor metálico. Además, la proteína en polvo simple es mucho más versátil cuando se agrega a varios alimentos.
¿Cómo se utilizan?
Si necesita calorías adicionales además de proteínas, puede mezclar proteína en polvo en su bebida favorita o agregarla a una variedad de alimentos blandos como: puré de papas, cereales, sopas, guisos, etc. Además, es una buena adición a batidos, licuados, cacao caliente, té chai e incluso a su café; también puede agregarlo a la leche. Los polvos de proteína también se pueden usar como reemplazo de huevo en productos horneados.
Algunas de nuestras comidas favoritas ricas en proteínas son las gachas de quinoa, las albóndigas de pavo y pescado en papillote, además de que también tenemos muchas comidas y bocadillos vegetarianos ricos en proteínas.
Si le preocupa que no esté comiendo suficiente proteína y/o esté perdiendo peso debido al tratamiento, es importante hablar con su médico, dietista registrado y el resto de su equipo de atención del cáncer, ya que podrán aconsejarle sobre la necesidad de un suplemento u otras intervenciones.
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