Con el Día de San Valentín a la vuelta de la esquina, todos tenemos amor en nuestras mentes. ¿Qué mejor manera de regalarse el amor que se merece, que invertir en la salud de su corazón? Curiosamente, la salud del corazón puede estar directamente relacionada con otros resultados de salud positivos que seguramente harán que su cuerpo se sienta apreciado. Como pronto aprenderá, mejorar la salud de uno de los órganos más vitales del cuerpo puede ayudar a lograr una mayor sensación de bienestar con solo hacer algunos ajustes a los hábitos alimenticios diarios.
Si no está necesariamente familiarizado con la idea de una dieta saludable para el corazón, asegúrese de revisar algunas de las recomendaciones de la Asociación Estadounidense del Corazón sobre alimentación y estilos de vida saludables. En general, las dietas enfocadas en la salud del corazón ponen mayor énfasis en consumir una variedad de frutas, verduras, granos integrales y «grasas buenas», al tiempo que se limita el consumo de alcohol, grasas saturadas y trans, dulces, carnes rojas y sodio. Aunque podemos referirnos a esto como un tipo de alimentación o una «dieta», en realidad se trata más de una opción de estilo de vida consciente de la salud que de otra moda pasajera.
Hacer cambios en su estilo de vida puede parecer una tarea abrumadora, especialmente cuando en Internet existen afirmaciones aparentemente interminables y, a menudo, contradictorias sobre lo que es bueno o malo para nuestra salud. Para el Día de San Valentín 2018 queremos enfocarnos en uno de los conceptos erróneos más comunes: que beber vino es bueno para tu corazón. Es fácil quedar atrapado en los titulares de artículos que afirman que el vino es bueno para tu salud, pero también debemos comprender la realidad de la situación en cuestión. Hay algunas investigaciones que sugieren que ciertos elementos que se encuentran en el vino tinto en particular, pueden tener un impacto positivo en la salud de nuestro corazón. Específicamente, los flavonoides y otros antioxidantes que se encuentran en el vino tinto y otros alimentos (como las uvas y el jugo de uva roja) pueden reducir el riesgo de enfermedad cardíaca. Los investigadores aún mantienen la incertidumbre sobre si esta reducción del riesgo está asociada con el vino tinto específicamente o si la reducción del riesgo está más estrechamente relacionada con los hábitos de estilo de vida. Lo más alarmante es que no hay investigaciones que confirmen los efectos específicos del vino sobre el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas. Por lo tanto, es mejor limitar su copa de celebración a un vaso para mujeres y dos para hombres.
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