¿Qué es la fatiga por cáncer?
La fatiga por cáncer es diferente del cansancio que todos podemos experimentar después de la actividad física, un día de trabajo duro o por consecuencia de la falta de sueño. La fatiga causada por el cáncer es impredecible y no está relacionada con la actividad o el esfuerzo. Puede deberse a diferentes tratamientos contra el cáncer, como: quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia o cirugía. Además, puede permanecer durante mucho tiempo y no mejora con el descanso o el sueño. Las personas que experimentan fatiga relacionada con el cáncer pueden no ser capaces de completar sus tareas diarias, dejándolos sentir frustrados, lo que puede conducir a la depresión o empeorar aún más los síntomas depresivos. Aunado a ello, puede persistir durante más de 6 meses después de que finaliza el tratamiento, lo que causa angustia y puede disminuir la calidad de vida.
La fatiga por cáncer puede hacer que sus extremidades se sientan muy pesadas y que sienta debilidad en todo el cuerpo. Llega a ser difícil concentrarse en las actividades cotidianas y algunas personas tienen problemas para recordar cosas. Este deterioro cognitivo posterior al tratamiento se conoce comúnmente como «quimiocerebro». Este síntoma se observa principalmente en personas que reciben quimioterapia, pero los pacientes que reciben radiación y cirugía también pueden llegar a experimentarlo. Sienten la mente nublada, tienen problemas para recordar eventos y se quejan de falta de atención y problemas con la memoria. No todas las personas que experimentan fatiga relacionada con el cáncer experimentan quimiocerebro, pero muchos lo hacen. Normalmente, dicho síntoma mejora dentro de los 9-12 meses posteriores a completar la quimioterapia. Un pequeño número de personas experimentará quimiocerebro a largo plazo.
Existen diferentes estrategias de manejo para la fatiga por cáncer. Es importante consultar con su equipo de atención médica si experimenta alguno de estos síntomas. Su equipo puede sugerir medicamentos, apoyo social, asesoramiento o meditación.
Cambios en el estilo de vida que pueden ayudarle a sobrellevar la fatiga:
- Haga tanto ejercicio como pueda para ayudar a reducir su fatiga y el posible quimiocerebro. Comience con actividades de bajo nivel como caminar, y aumente gradualmente. Incluso una caminata de 10 minutos un par de veces al día puede ayudar a aliviar los síntomas de la fatiga. Trabajar con un fisioterapeuta especializado en cáncer que pueda enseñarle ejercicios para mejorar su masa muscular mientras está en tratamiento o después, puede ser muy beneficioso para combatir la fatiga.
- Leer, escribir, jugar o escuchar música puede ayudarle a relajarse y también ayudar con su memoria.
- Conserve su energía estableciendo prioridades y/o delegando tareas. Es útil programar sus actividades cuando se sienta mejor. Complete una actividad a la vez y posponga las no esenciales.
- Haga su mejor esfuerzo para dormir regularmente. Trate de limitar las siestas diurnas para que pueda dormir toda la noche. Evite el alcohol, la cafeína o comer azúcar antes de acostarse. Evite ver televisión o usar su teléfono celular en la cama. Leer, escribir o escuchar música antes de acostarse puede reducir su estrés y aliviar su sueño.
Consejos de nutrición y planificación de comidas para reducir la fatiga:
- Coma comidas pequeñas y frecuentes. Olvídese de la idea de comer 3 veces al día y trate de hacer 4-6 comidas más pequeñas que sean densas en energía.
- Consuma alimentos ricos en proteínas en cada comida y merienda/botana para asegurarse de consumir las proteínas necesarias durante todo el día, como legumbres, queso, pescado, huevos y crema de nueces (mantequilla de maní). La proteína ayuda a su cuerpo a construir y reparar sus músculos, tejidos y células.
- Considere agregar un licuado alto en calorías o complementar sus comidas o refrigerios con un suplemento nutricional oral — alto en calorías, para asegurarse de que está consumiendo los nutrientes adecuados. Mantener una nutrición adecuada durante el tratamiento puede ser un desafío debido a los efectos secundarios relacionados con el tratamiento. A veces, agregar 1 o 2 suplementos nutricionales orales o un licuado a su día puede ser la razón por la que se mantiene estable durante el tratamiento.
- Beba muchos líquidos durante el día para mantenerse hidratado. La deshidratación puede empeorar sus síntomas de fatiga. Pruebe paletas heladas, sopas, tés de hierbas, batidos y bebidas electrolíticas.
- Coma alimentos fáciles de masticar y que no agoten su energía. El queso cottage, el yogur, el helado, las sopas y los alimentos en puré no requieren mucho esfuerzo para masticar o tragar.
- Prepare sus comidas con anticipación cuando tenga energía y duplique las recetas para guardarlas en el congelador para cuando no tenga ganas de cocinar.
- Use opciones enlatadas, congeladas, listas para calentar y servir cuando se sienta cansado.
- Compre en línea y use recursos comunitarios como servicios de entrega de comidas como Meals on Wheels. Cada página de recetas en nuestro sitio web tiene una lista de compras digital y la opción de pedir comestibles de los mercados locales para entregarlos en su hogar.
- Controle su peso semanalmente e informe cualquier pérdida de peso a su equipo médico de inmediato. También controle la deshidratación y asegúrese de que su orina sea clara o de color amarillo claro. La orina de color amarillo oscuro o marrón es un signo de deshidratación que también debe informarse a su equipo médico.
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