Las coles de Bruselas pueden ser el terror en la memoria de muchos niños, pero como los otros miembros de la familia del repollo, estas plantas proveen una gran cantidad de nutrientes.
Los vegetales de hoja verde también proveen riboflavina, hierro, magnesio, fósforo, y mucha fibra, importante para mantener el cuerpo tan robusto como sea posible durante la quimioterapia.
Consejos del chef
Las coles de Bruselas deben ser verde brillante y muy compactas, sin hojas amarillas, moretones, u olores fuertes. En los mercados de agricultores, las coles de Bruselas generalmente se venden con su tallo original. Corte las flores del tallo antes de cocinar. Si compra en el supermercado, intente adquirir coles de Bruselas frías, así sabrá que están frescas. Seleccione aquellas que tengan tamaños similares, para tener un tiempo de cocción uniforme. Las coles frescas deben mantenerse en el refrigerador por alrededor de 4 días.
Antes de cocinar, retire los tallos y cualquier capa exterior amarillenta o maltratada. Si las hervirá, corte una X en la parte inferior de cada una con un cuchillo, esto permitirá que se cocinen uniformemente y más rápido. Las coles de Bruselas pueden hervirse, cocinarse al vapor, o rostizarse.
Consejos para las recetas
Rostizar coles de Bruselas es una de las maneras más fáciles y deliciosas de cocinarlas. Simplemente lávelas y mézclelas en un recipiente con aceite de oliva, sal y pimienta. Colóquelas en una bandeja para hornear y rostícelas a 400 grados, por alrededor de 30 minutos, hasta que estén doradas. Remuévalas ocasionalmente mientras las cocina, y asegúrese de no cocinarles de más, para prevenir el mal olor. Esta receta de coles de Bruselas asadas no podría ser más fácil o deliciosa. También puede probar nuestra pasta de coles de Bruselas o la ensalada de manzana de coles de Bruselas para conocer formas únicas de servir este nutritivo vegetal.
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