Conocida por su brillante piel morada, la berenjena a menudo es una heroína desconocida entre las verduras. Rica en fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes, tiene una textura única y satisfactoria, lo que la convierte en un excelente sustituto de la carne para aquellos que desean reducir la cantidad de carne o grasa animal en su dieta.
Desde hace mucho tiempo es un elemento básico en las dietas mediterráneas, la berenjena es una buena fuente de ácido fólico, un factor importante en la creación y el mantenimiento de nuevas células.
Consejos del chef
Al elegir una berenjena, presione la piel con el dedo. Si la piel recupera su forma, está madura y lista para cocinar.
La berenjena absorbe los sabores con los que se cocina, lo que la hace ideal para salteados. También es deliciosa con salsa de jitomate en lasañas, sustituyendo las rodajas de berenjena por las láminas de pasta. Si puede encontrarlas, utilice las berenjenas asiáticas más pequeñas y delgadas, ya que son más dulces y densas, y no necesitan ser saladas antes de cocinarlas.
Para las berenjenas italianas más grandes, para eliminar cualquier amargura y exceso de agua, corte la berenjena en rodajas de medio centímetro, colóquelas sobre un papel absorbente y espolvoréela con sal marina. Después de una hora, el sabor amargo se vuelve bastante suave, por lo que incluso puede picarla cruda y añadirla a una ensalada.
Para un plato sabroso y sustancioso, prueba nuestra receta de quinoa con ratatouille rostizado.
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