Por Fiona Breslin
Es posible que no sea un accidente que los albaricoques de verano tengan algo de parecido con el brillante cuerpo celestial de esa temporada. La fruta color a sol tiene una apariencia alegre y veraniega a la vez que suple una variedad de nutrientes que apoyan a la buena salud.
Un solo albaricoque provee 13% de la dosis diaria recomendada de vitamina A y el 6% de vitamina C. Las frutas también contienen fibra y son una excelente fuente del antioxidante beta-caroteno, el compuesto que les da su color amarillo-naranja. El American Institute for Cancer Research reporta que el beta-caroteno puede ayudar a proteger contra el riesgo de cáncer de boca y pulmón. Los alimentos ricos en este fitoquímico también pueden ayudar a desacelerar el crecimiento de las células cancerígenas existentes. Los albaricoques se han usado en la medicina natural para ayudar a la digestión, hidratar el cuerpo y reducir la fiebre.
Consejos del chef
Compre albaricoques frescos de su mercado verde local, cuando están en temporada. Busque albaricoques que estén ligeramente firmes en consistencia y pesados en peso. Cuando están maduros, los albaricoques tienen un y fragancia color vibrantes.
Nada le gana a un albaricoque crudo y fresco, pero también pueden cocinarse, enlatarse, deshidratarse y prepararse en una gran variedad de maneras. Los albaricoques son geniales para jaleas, pasteles y sorbetes. Los albaricoques secos también pueden ser una merienda genial, están disponibles todo el año y son una adición perfecta para el Pudín de Arroz. Los albaricoques enlatados son perfectos para preparar nuestra Torta de Albaricoques y Almendras o el clásico Pudín de Albaricoques Al Vapor. Recuerde que un cuarto de taza de fruta seca es igual en calorías y azúcar a una taza o más de fruta fresca.
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