En tratamiento
Cocinar con Probióticos
Cocinar con probióticos es, por desgracia, un poco de oxímoron, ya que las altas temperaturas tienden a matar a los organismos activos que les hacen una ventaja tan nutritiva para nuestra flora y fauna intestinal. Dicho esto, es bueno saber que hay más de una manera de usar y comer alimentos ricos en probióticos. Sus sabores fuertes les hacen indispensables artículos de despensa así como son alimentos llenos de nutrición por... derecho propio. Si usted está pasando por la quimioterapia y está en una dieta neutropénica sus doctores puede que le pidan evitar comer alimentos probióticos crudos de todos modos, por lo que los elementos cocidos en este menú serán perfectos para usted. El yogur es el probiótico más conocido. Se puede utilizar en aderezos – el grueso yogur griego puede sustituir a la mayonesa – además es delicioso agitado en sopas, se utiliza para espesar salsas o como un adobo ácido para ayudar a ablandar el pollo y el pescado. El miso probiótico tampoco tiene que ser confinado a la sopa clásica japonesa. Su agradable salinidad y amistosos organismos se pueden incorporar en aderezos de ensalada o utilizar en marinadas para asar verduras y carnes. El tempeh se puede asar y cortar en curry o ensaladas, mientras que el chucrut y el kimchi pueden deslizarse a su gusto en un emparedado de queso derretido. ¡Muy rico!