La raíz de apio, también conocida como raíz de nabo (céleri) en algunas partes, es blanda en su interior, blanca y de sabor picante, nada parecido a lo que nos pudiésemos imaginar por su apariencia exterior. El apio es menos almidonado que la gran mayoría de hortalizas de raíz, de hecho onza a onza, tiene casi la mitad de calorías que una papa rojiza, siendo ésta un reemplazo perfecto o adición al puré de papas.
El apio también es rico en vitaminas. Es una buena fuente de vitamina B6, magnesio, potasio, manganeso y vitamina C. Para algo que crece bajo tierra, no es nada malo. El apio ha sido popular durante siglos en Europa, Asia y ahora ha comenzado a ser vendido ampliamente en supermercados de los Estados Unidos. En puré, con un toque de mantequilla, el apio es un perfecto acompañante para el pavo en las festividades o para un plato de invierno.
Consejos del chef
Cuando lidiamos con un objeto retorcido cubierto en barro como el apio es difícil de saber cuáles son los mejores de comprar. Busque raíces de pequeñas a medianas que varían de blancas a un color gris verdoso. Deben ser de piel seca, obviamente sin tener golpes, sin ningún moretón oscuro ni húmedos. Siempre frote y pele el apio antes de cocinar. Cuando corte en dos el apio, su parte interior debe ser blanca cremosa y suave.
Consejos para las recetas
Mi experiencia durante los inviernos fríos en Inglaterra y Francia ha aportado numerosas recetas donde aparece el apio. Para un día frío no hay nada mejor que apios y papas gratinadas o soufflé o apios y sopa de papas. Para algo ligero y fresco pruebe nuestra ensalada de raíz de apio y manzana. Su brillante textura crujiente lo convierte en el acompañamiento perfecto de invierno para alegrar sus comidas y recordarnos que el verano no está tan lejos.
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