El cáncer colorrectal o de colon representa un tercio de todas las muertes relacionadas con el cáncer en los Estados Unidos, afectando a hombres y mujeres de todos los grupos raciales y étnicos, especialmente a personas mayores de 50 años. Sin embargo, recientemente ha habido un aumento preocupante en los diagnósticos de cáncer de colon entre las personas más jóvenes, aunque las razones siguen sin ser muy claras.
Existen muchos factores conocidos que aumentan el riesgo de una persona de desarrollar cáncer de colon, incluidos los genéticos y ambientales. Varios síndromes hereditarios de cáncer de colon se transmiten de padres a hijos, como el síndrome de Lynch (cáncer de colon hereditario no polipósico), la poliposis adenomatosa familiar (PAF) y la poliposis asociada a MUTYH (PAM). Estos síndromes de cáncer solo representan aproximadamente el 5% de todos los diagnósticos de cáncer de colon.
Otras enfermedades crónicas como el síndrome del intestino irritable (SII), la colitis ulcerosa y la obesidad también aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de colon.
Si bien muchos de los factores de riesgo para el cáncer de colon no están dentro de nuestro control, como los síndromes de cáncer y los factores ambientales; existen factores alimenticios y de estilo de vida en los que podemos participar para ayudarnos a reducir nuestro riesgo y llevar una vida más saludable.
Limite la carne roja y evite la carne procesada
Una dieta alta en carnes rojas y procesadas tiene una fuerte asociación con el cáncer de colon. La carne roja se refiere a la carne de mamíferos como la carne de res, cerdo y cordero. La carne procesada es cualquier carne animal que se ha transformado al ahumar, curar, salar o agregar conservantes químicos para mejorar el sabor y fecha de caducidad. Ejemplos de carne procesada incluyen: jamón, tocino, pastrami, salchichas, hot-dogs y embutidos.
El Instituto Americano de Investigación del Cáncer (AICR) recomienda comer no más de 12 a 18 onzas de carne roja (en inglés) cocida por semana. Esto equivale a aproximadamente 4 a 6 porciones de 3 onzas de carne cocida, alrededor del tamaño de una baraja de cartas. El AICR también recomienda evitar la carne procesada excepto para ocasiones especiales, o limitarla a un par de veces al año.
Consuma una dieta integral, principalmente centrada en las plantas
Existe una fuerte evidencia de que una dieta rica en alimentos integrales puede contribuir en gran medida a reducir el riesgo de padecer cáncer de colon. Una dieta de alimentos integrales consiste en frutas, verduras, granos enteros y legumbres. Todos estos alimentos ofrecen una gran cantidad de fibra dietética que apoya un sistema inmunológico saludable. Los estudios han demostrado que una dieta alta en fibra dietética puede reducir el riesgo de desarrollar cáncer de colon.
La fibra dietética de clasifica en dos categorías, soluble e insoluble, ambas tienen diferentes efectos que benefician al cuerpo. Además, son una parte central de la dieta protectora contra el cáncer. Pequeños pasos para agregar más fibra a su dieta pueden ser tan fáciles como no quitar las cáscaras de las zanahorias y papas u optar por arroz integral en lugar del blanco.
Asegúrese de que está consumiendo suficiente calcio
El calcio es ampliamente conocido por su papel en el mantenimiento de una buena salud ósea. Sin embargo, los estudios muestran que el calcio puede unirse a los ácidos biliares y ácidos grasos libres, acumulándose con el tiempo en el colon. Esta acumulación de los ácidos biliares y ácidos grasos libres puede inducir a efectos tóxicos en el revestimiento de la pared del colon y aumentar la probabilidad de progresión del cáncer.
Si bien muchas personas creen que la suplementación con calcio es la única forma de satisfacer nuestras necesidades de dicho mineral, solamente se puede hacer a través de los alimentos. Las fuentes de alimentos ricos en calcio incluyen: tofu, verduras de hoja verde y productos lácteos bajos en grasa, como leche, yogur y queso.
La cantidad diaria recomendada (CDR) para el calcio es diferente para hombres y mujeres. Puede variar dependiendo de sus necesidades de salud específicas.
- Para los hombres adultos, la dosis diaria recomendada de calcio es de 1000 miligramos (mg) por día hasta los 70 años. Después de los 70 años, la dosis diaria recomendada es de 1200 mg.
- Para las mujeres adultas, la dosis diaria recomendada de calcio es de 1000 mg por día hasta los 50 años. Después de los 50 años, la dosis diaria recomendada es de 1200 mg.
Asegúrese de consultar con su médico o dietista registrado si no está seguro de que su dieta contenga suficiente calcio para su edad y sexo.
Estimule su sistema inmunológico con vitamina D
La vitamina D es una hormona que desempeña varias funciones en nuestros cuerpos para apoyar una buena salud. Se ha estudiado por su posible papel protector en la prevención y el tratamiento del cáncer. Además, se han propuesto varios mecanismos para explicar sus efectos anticancerígenos. La inflamación crónica de bajo grado es una respuesta inflamatoria prolongada de bajo grado que resulta en la destrucción progresiva de los tejidos. Actualmente, se sabe que la inflamación crónica es un impulsor conocido de la progresión del cáncer. Una revisión de estudios ha demostrado que mantener niveles adecuados de vitamina D puede reducir el riesgo de desarrollar cáncer de colon.
La mejor fuente de vitamina D proviene del sol. Cuando la exposición al sol es limitada, es recomendable consumir varias fuentes de alimentos ricos en vitamina D, incluidos los peces de agua fría, como el salmón, el atún y las sardinas. Otras fuentes alimenticias de vitamina D son los productos lácteos fortificados y los productos lácteos alternativos.
Se recomienda que su médico evalúe sus niveles anualmente para asegurarse de que está recibiendo suficiente vitamina D antes de tomar un suplemento.
Nunca deje de moverse
Existe una fuerte evidencia de que mantenerse activo durante toda nuestra vida reduce nuestro riesgo de muchos tipos de cáncer, incluido el cáncer de colon. Se recomienda hacer al menos 30 minutos de actividad física moderada o 15 minutos de actividad vigorosa 5 días a la semana. Si recién está comenzando a incorporar el ejercicio en su vida, comience a caminar lentamente o andar en bicicleta y con el tiempo continúe ejercitándose cada vez exigiéndose más.
La actividad física no solo es crucial para la prevención del cáncer, sino también para la supervivencia de pacientes con cáncer. Tenga en cuenta que un poco de actividad física es mejor que nada en absoluto: todo tipo de ejercicio puede ayudar.
Reduzca su consumo de alcohol
El aumento del consumo de alcohol se ha relacionado con varios tipos de cáncer, incluido el cáncer de colon. Los subproductos químicos de la descomposición del alcohol en nuestro cuerpo son tóxicos para nuestras células, particularmente para las células de nuestro colon. El alto consumo de alcohol también puede aumentar el estrés oxidativo y dañar los mecanismos de reparación del ADN en nuestras células.
Existe evidencia convincente de que el consumo de bebidas alcohólicas más allá de dos bebidas por día aumenta el riesgo de cáncer de colon. Afortunadamente, muchas bebidas no alcohólicas, como esta sangría sin alcohol o el jugo de granada y limón, son igualmente refrescantes y deliciosas, sin aumentar el riesgo de padecer cáncer.
Hágase chequeos regularmente
Comer una dieta rica en nutrientes y hacer ejercicio con frecuencia proporcionan formas de ayudar a reducir el riesgo de cáncer. También es esencial ver a su médico y hacerse pruebas de detección regularmente. Gracias a la detección efectiva de colonoscopias, intervenciones tempranas y mejores opciones de tratamiento, menos personas mueren de cáncer de colon y viven vidas más largas y saludables.
Kate Ueland, MS, RD, se especializa en nutrición oncológica, trabajando principalmente con pacientes con cáncer de mama, ovario, riñón y melanoma en todas las etapas del trayecto contra el cáncer en Seattle Cancer Care Alliance (SCCA) en Seattle, WA. Como asesora y editora de nutrición de Cook for Your Life, Kate se asegura de que todo el contenido culinario se adhiera a la Academia de Nutrición y Dietética y siga las pautas basadas en la ciencia.
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