Mucha gente se preocupa por obtener la mayor cantidad de nutrientes de su comida, y los hacen con toda la razón. Los nutrientes son las herramientas que el cuerpo necesita para mantenernos funcionando de la mejor manera. Así que, ¿cómo preservarlos cuando los almacenamos y los cocinamos?

Piense en eso de esta manera. Una vez que se cosechan, los vegetales empiezan a perder nutrientes. El tiempo y el calor son los «enemigos». ¡Pero no se desespere! Todavía quedarán bastantes nutrientes si usted usa algunos trucos.

• Trate de comprar productos que hayan sido cosechados recientemente. Busque vegetales brillantes en el supermercado (¡no escoja los que están marchitos por favor!) o compre en mercados de agricultores.
• Cocine los vegetales apenas los compre. Y use técnicas suaves de cocción como al vapor o salteado. Esto es especialmente cierto para aquellos poderosos vegetales crucíferos.
• Si usted va a congelar lo que le sobre, hágalo en cuanto termine de cocinar. Congelarlos hará más lenta (pero no detendrá) la pérdida de nutrientes. Siempre escriba la fecha en sus paquetes congelados y úselos antes de dos o tres meses.

Si usted está cocinando el vegetal en un caldo, perderán los nutrientes solubles en el agua, como las vitaminas B y C. En ese caso, guarde el líquido. Este añadirá gran sabor a las sopas, los cocidos, e incluso a granos como arroz (utilícelo como líquido para cocinar).

Para utilizar los vegetales congelados, tenga en cuenta el factor tiempo e intente utilizarlos lo más rápido posible después de haberlos sacado del congelador.

Dicho esto, mientras que alimentos pequeños como los guisantes, y alimentos suaves como la espinaca pueden usarse directo del congelador incluso en platos de cocinado rápido como salteados, con vegetales más grandes, como brócoli, usted algunas veces deberá descongelarlos antes de agregarlos a su comida.